Roma está hecha de mármol y travertino, pero también se muestraerigida sobre el agua. Decía Percy Shelley que el viaje a Roma estájustificado solo por sus fuentes y aquella afirmación no era un raptode romanticismo o una exageración. La Barcaccia, el Mosè, el AquaPaula, el Tritone, Trevi, el Babuino, piazza Colonna, el Nettuno, elMoro y le Quattro Fiumi en la plaza Navona; además de las que seerigieronfrente al Panteón, la escalinata del Capitolino, San Pedro o SantaMaria en Trastévere. Durante siglos, buena parte de la vida en Roma se desarrolló en torno a centenares de fuentes que dejan en la ciudad un hálito propio, ancestral y mítico.Fernando Clemot descubre el misterio de las fuentes de Roma y nos guía por esta ciudad que, ineludiblemente, está unida a nuestra vida ypasado. Los nombres y apellidos, la arquitectura de los edificios degobierno, las leyes, los cultivos, los monumentos y carreteras: Romano solo es la capital de Italia, sino la capital de todos. Este libroes un recorrido íntimo y personal que desentraña los secretos de laciudad eterna que ha soportado durante casi tres milenios el peso dela