Durante miles de años, los seres humanos han perdido sus posesiones yhan arrojado su basura en el río Támesis, convirtiéndolo en elyacimiento arqueológico más largo y variado del mundo. Para losentendidos, los tramos fangosos ofrecen un vínculo tangible con elpasado, una conexión con el mundo natural y un oasis de calma en unaciudad caótica.Lara Maiklem dejó el campo por Londres a los veinte años. Atraídainicialmente por la ciudad, pronto se encontró a la deriva, añorandoel consuelo que había conocido al crecer entre la naturaleza.En las orillas del Támesis descubrió el mudlarking: el acto de hurgaren el barro en busca de objetos desechados por generaciones anteriores de londinenses. Durante los siguientes quince años sus días sedictados por las mareas y los dedicaría a ellas en busca de losobjetos que el río desenterraba: desde pedernales neolíticos ahorquillas romanas, hebillas de zapatos medievales a botones de losTudor, pipas de arcilla georgianas a medallas de guerra desechadas.Desde el origen de las mareas del río en el oeste de la ciudad hastasu desembocadura en el mar en el este, Mudlarking es la his