«España necesita desesperadamente mujeres y hombres de Estado, perotambién una sociedad civil fuerte y exigente con el poder».Que elIBEX-35 es la dirección en la sombra que maneja los hilos no deja deser un lugar común, pero la realidad es diferente. Salvo honrosasexcepciones, la comunidad empresarial española es pequeña, débil y más bien sumisa. Los partidos políticos y los gobiernos controlandemasiadas parcelas, empantanados en polémicas sectarias ycortoplacistas, mientras que las reformas estructuralesimprescindibles se posponen indefinidamente.John de Zulueta,expresidente del Círculo de Empresarios, retrata en España fallida las luces y las sombras de las élites españolas. Por sus páginas desfilan personas íntegras y comprometidas o individuos que medraron en lacultura del capitalismo de amiguetes, se consignan éxitos parciales yfracasos reiterados.Su tesis no es complaciente: la sociedad españolaestá demasiado pendiente de que el gobierno resuelva sus problemascomo un milagro, pero eso no va a ocurrir. Solo una ciudadanía adulta, activa y crítica puede forzar los cambios de los que depende nuestrofuturo