La muestra presenta treinta y un cuadros y veintidós esculturas realizadas en los diez últimos años. Arroyo se apropia de la tradición, de los mitos y los emblemas, para contar su propia historia, referida al presente de forma directa o ambigua, a través de metáforas plásticas. En esta ocasión son historias europeas, desde los cuentos de hadas a la patrística, la mística y los iconos de masas.