MANZANERO FERNÁNDEZ, DELIA MARÍA
En Concepción Arenal encontramos lo que parece ser la llave, lo queabre, lo que consigue esperanzarnos para abandonar nuestras cárcelesmás íntimas, aun cuando sabemos que es mucho más difícil liberarse delas prisiones o presiones silenciosas heredadas, estando ademásrecluidos en espacios privados de aislamiento y desamparo mucho másres¡trictivos que las propias cárceles.¿Cómo no imaginarnos como aquellos que tienen miedo, como los presos,como aquellos que carecen de libertad o que sufren ser¡ vidumbres,encendiendo ese deseo de escapar cuando nos senti¡mos aislados ypresos de una tristeza moral o de un abandono? ¿Cómo no recordar a los presos como si estuviéramos allí encarce¡lados con ellos?Lo que las palabras de Arenal nos proporcionan es justamente eso:intentos esperanzados de escapar a las múltiples prisiones que noscercan con el consuelo de la cultura, con el acceso a un modo dehumanidad, a una vida emancipada basada en la formación yprofesionalización de la mujer, que logró salvar a muchas reclusas ehizo más liviana y transitable, no solo su estancia en prisión, sinosu vida entera.