Si hay algo más difícil que tener un adolescente en casa, es ser eseadolescente. Su apariencia física se suele asemejar más a la de unadulto que a la de un niño y por ello, muchas veces, se les exige queactúen como tal. La etapa de las rabietas típica de los dos años esahora conocida como A(dos)lescencia. A priori, puede parecer un nombre muy ingenioso e incluso divertido, pero inconscientemente lo queestamos transmitiendo son prejuicios respecto a la etapa de laadolescencia que van generando miedos e inseguridades en lasfamilias.Ninguna madre ni ningún padre nace sabiendo cómo serlo. Aprendemossobre la marcha y muchas veces nos toca tirar de experiencia. ¿Y cuáles nuestra experiencia más cercana? Nuestra propia adolescencia. Perolos adolescentes de hoy en día no tienen nada que ver con losadolescentes de hace años y por lo tanto, las estrategias que seutilizaban antes, carecen de sentido.Gracias a los avances científicos, cada vez tenemos más informaciónacerca de cómo funciona el cerebro adolescente; un cerebro que está en pleno desarrollo y lleno de oportunidades de crecimiento yaprendizajes.La intención d