Pintores como Rothko, Kline o Hopper recorren las páginas de esta autobiografÃa, junto con arquitectos como Mies van de Rohe, escultores como Constantin Brancusi, polÃticos, directivos de instituciones artÃsticas y todo un mundillo del que Kuh fue partÃcipe y sobre todo espectadora atenta, para contarlo en primera persona con el pulso de una narradora excepcional.
Asà empieza Katharine Kuh: “he tenido el privilegio de ser amiga de varios artistas que forman ya parte de la historia. Ahora que todos han muerto, me gustarÃa relatar por escrito varias experiencias y encuentros personales”.