Afortunadamente también existen jóvenes que, como Salim y Ariel, no odian a sus semejantes y que se esfuerzan por demostrar que la amistad entre gentes de diferente color, raza o religión, todavía es posible en el mundo.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información