Deshabitar el cuerpo significa romper el silencio de un tiempo que no fue del todo mío, trazar una senda que me lleva al centro de la herida, allí donde la quietud muestra un reflejo, en el que solo es posible mirarse a través de la palabra.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información