En La orilla libre el lector siente el agua, la piel mojada de vivir. El agua que habita dentro de los cuerpos, del propio y del ajeno, la clepsidra que no cesa. Poemas que sorprenden desde el fondo de la forma.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información