Si un cuerpo se va, ella queda sola. Si un cuerpo se disipa, ellapermanece en la carta, la imaginación, la espiral de una concha. Enestas páginas, el recuerdo es una creación. La pérdida se convierte en la posibilidad de traer la carne velada a puro antojo y deseo. Lo que no está deviene, al fin, una potencia descomunal que vive en ella.Caracol es un oráculo íntimo, mínimo, desapareciendo: alguien intentaregresar el cuerpo de ella, desde el calco de la voz, el vínculo de la epístola, la diseminación del círculo. Ella y ella habitan un planono literal, pero real. Lola Nieto toca el lenguaje, hace que suenecomo instrumento musical: ritmo, sonido, silencio. Este nuevo librocontinúa el camino trazado por la poeta, donde el lector es al mismotiempo espectador y músico, donde la prosa se mezcla con el corte, ylo que duele, duele, y también sana.