La esperanza tiene un nombre, Ismail, intenta reflejar una parte de la sociedad que se intenta esconder y que todas y todos debiéramos conocer. Es más que un libro, es más que un mensaje. Las letras dan forma de relato a la vida de un menor ilegal, su realidad durante mucho tiempo. La autora conoció y escribió sobre la figura de Ismail, sobre su niñez en Tánger, sobre sus escapadas al puerto, de su triunfo sobre el Estrecho, sobre la mentira de un sueño, sobre la maldita palabra racismo, sobre la peor de sus pesadillas.